Edward Kennedy «Duke» Ellington (Washington D. C., 29 de abril de 1899-Nueva York, 24 de mayo de 1974) fue un compositor, pianista y líder de una big band, lo que lo llevó a una carrera que abarcó más de cincuenta años, desde 1923 hasta su muerte.
Nacido en Washington D. C., a partir de mediados de los años veinte vivió en la ciudad de Nueva York, y ganó un perfil nacional a través de sus apariciones con la orquesta en el Cotton Club, en Harlem. En la década de los años treinta, su orquesta salió de gira a Europa.
Aunque es considerado una figura fundamental en la historia del jazz, Ellington abraza la frase “más allá de la categoría” como un principio liberador, y se refiere a su música como parte de la categoría general Música estadounidense, más que de un género como el jazz.
Algunos de los miembros de su orquesta, como el saxofonista Johnny Hodges, son considerados parte de los mejores músicos de jazz. Ellington los unió en la más conocida unidad orquestal en la historia del jazz. Algunos miembros se quedaron en la orquesta durante varias décadas. Siendo un maestro en escribir miniaturas para el formato de grabación de tres minutos a 78 rpm (revoluciones por minuto), Ellington a menudo componía específicamente para mostrar el estilo y habilidades individuales de sus músicos.
A menudo colaborando con otros, Ellington escribió más de mil composiciones; su extenso cuerpo de trabajo es el legado personal grabado de jazz más extenso, con muchas de sus obras convirtiéndose en estándares (canción de popularidad establecida que sirve como modelo de un estilo).
También grabó canciones escritas por sus compañeros de banda, por ejemplo “Caravan” y “Perdido” de Juan Tizol, lo que dio un tinte español a la big band de jazz.
Después de 1941, colaboró con el compositor, arreglista y pianista Billy Strayhorn, a quien llamó su compañero de escritura y arreglo. Con Strayhorn, compuso muchas composiciones extendidas, o suites, así como pequeñas piezas adicionales. Seguido de una presentación en el Newport Jazz Festival, en julio de 1956, Ellington y su orquesta disfrutaron de un gran renacimiento de su carrera, y se embarcaron en giras mundiales.
Ellington grabó para la mayoría de las compañías discográficas estadounidenses de su era, actuó en varias películas, compuso para varios filmes también, así como musicales.
Su reputación continuó en ascenso después de su muerte, y se le entregó un Premio Pulitzer especial por su música en 1999.